La jueza que investigó al cura Parma

NOELIA URSINO, LA JUEZA QUE INVESTIGÓ AL CURA PARMA

“Armamos el rompecabezas de los abusos con la valentía de cada testigo”

En 2017, en medio del paro judicial, un equipo de tres mujeres liderado por la jueza de Instrucción de Puerto Santa Cruz, Noelia Ursino, investigó al excura Nicolás Parma, denunciado por abusos sexuales a adolescentes, adentro de la iglesia Exaltación de la Cruz.  El caso ya sonaba por entonces en Salta, donde la congregación que integraba Parma, ‘Hijos de Jesús San Juan Bautista’, que en 2006 fue fundada por Agustín Rosa Torino, condenado este año a una pena de 12 años por abuso sexual contra varios chicos. “Cuando aparecieron las primeras noticias yo sabía que la causa iba a llegar en algún momento, y cuando mandaron desde Salta la parte que correspondía a los hechos de Santa Cruz, de inmediato me declaré competente y corrí vista a la Fiscalía, conformando un equipo muy escueto para que no se filtrara nada”, dijo la jueza en referencia a la secretaria María Rubini y la instructora Soledad Barría.

Con el caso por delante “empezamos a localizar a los testigos y ver la posibilidad de traerlos para escucharlos en persona, porque para mí ahí sacas todo. De lo gestual, de cómo transmiten sus ideas, cómo se quiebran, y quería que vieran que los estaba escuchando. Cuando eso pasó los chicos ya eran mayores y logramos que se sintieran cómodos. Incluso traían mails, copias, información que tenían y aportaron, y abrieron la investigación hacia otras personas, a la par que íbamos tratando de ubicarlas para citarlas a declarar”, explicó la jueza. “Me acuerdo de tener en la cabeza la reconstrucción de la mecánica que se utilizó porque armamos el rompecabezas de los abusos con la valentía de cada testigo. Fue fuerte porque además en comunidades tan chicas está la resistencia, porque la Iglesia es una institución importante para muchas familias, y el cura tiene una influencia clara. Mucha gente no creía y eso era doloroso para los chicos porque se los veía muy vulnerables, que venían de familias en situación de pobreza, donde las mismas madres los habían refugiado en esas congregaciones para salvarlos”, opinó.

Al testimonio de los denunciantes se sumó un testigo clave, que de forma espontánea se presentó para declarar, y que fue quien con su relato ratificó la existencia de los presuntos abusos. “Creo que ahí jugó a favor de la investigación el hecho de que yo fuera de Puerto Santa Cruz, porque este testigo, que fue fundamental, habló con una persona que yo conocía para decirle que tenía información trascendental pero que no se animaba a decirlo, y esta persona le dijo quién era yo, que era de la comunidad y que podía confiar. El día que se presentó fue muy conmocionante porque se trataba de un testigo casi directo. Automáticamente hicimos todas las notificaciones a los defensores y Fiscalía para garantizar el procedimiento cuidando el sumario, porque yo dirigía la investigación y tenía que velar por las garantías de todos”, recordó. Parma se había ido de Puerto Santa Cruz en 2012. “Para ubicarlo se revisaron los registros de Migraciones que decían que había ingresado al país desde España, y que estaba radicado en Tucumán, en la casa de los padres. Ahí ordené que fuera la policía para que fije domicilio, y en menos de 24 horas lo cité a indagatoria. Se tomó el vuelo por sus propios medios, lo indagué y cuando terminó quedó detenido. Fueron cinco horas en las que no paró de hablar”, recordó Ursino.

El excura fue procesado por abuso simple doblemente agravado en concurso real con abuso gravemente ultrajante doblemente agravado en concurso real con corrupción de menores agravada, y con esa calificación llega al juicio que se va a celebrar mañana en la Cámara Criminal de la Primera Circunscripción, en la ciudad de Río Gallegos.

“Cuando hice el procesamiento estaba convencida de que estaba altamente incriminado y había muchísima prueba como para avanzar. Le dedicamos un tiempo intenso a reconstruir, dar con las personas y también esto hizo que muchos se animaran a hablar porque vieron que la cosa venia en serio. Para las víctimas fue importante que se los escuchara porque hasta ese momento, les habían cerrado todas las puertas”, sostuvo.

Respecto de la indagatoria en donde Parma negó la imputación, Ursino advirtió que “vimos que naturalizaba otros actos que una persona encargada de niños no debería cometer, como es el maltrato. Como decía Galeano ‘en el nombre de Dios justificaban un montón de cosas’, y recuerdo haber pensado que cuando las personas dicen que tuvieron la suerte de que les tocó un cura bueno o protector, es porque naturalizan que los de otro tipo también están”.

A los relatos se sumaron “las pericias, inspecciones oculares y por supuesto la pericia del acusado, que marcó un perfil altamente carismático y entrador, persuasivo, manipulador”, destacó la magistrada de Puerto Santa Cruz.

“Ahora – añadió- la última palabra está en el juicio y hay que ver si la prueba reviste la calidad de certeza para el tribunal”, finalizó Ursino, destacando la tarea de todos quienes participaron de la instrucción.

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